LA INTELIGENCIA COLECTIVA. EL TALENTO COMPARTIDO!

¿Compartir o no compartir el talento? Voy pasando como un veleta de tres al cuarto del individualismo, como estrategia de supervivencia personal, a lo colectivo, pensando que trabajando como grupo todo sale mejor para todos. …

LA INTELIGENCIA COLECTIVA

¿Compartir o no compartir el talento?

Voy pasando como un veleta de tres al cuarto del individualismo, como estrategia de supervivencia personal, a lo colectivo, pensando que trabajando como grupo todo sale mejor para todos. Quizás depende del entorno en el que te mueves; si te sientes apoyado por el grupo o excluido, si te apoya o no te tiene en cuenta, si te transfiere seguridad o lo contrario.

Collective intelligence

A veces el talento individual queda soterrado bajo un manto de ineptitudes, desprecios, incomprensiones, silencios o, simplemente, falta de conciencia de los beneficios que supone compartir experiencias y conocimientos. Porque, aunque suene mal, a veces es mejor abandonar el barco que salvar lo insalvable. Es así.

Pensemos ahora en positivo, en lo políticamente correcto, en lo que dicen los motivadores y los manuales de habilidades. Pensemos ahora en lo colectivo y en lo que significa el talento.

El talento compartido, el talento colectivo, se refiere a la colaboración de diferentes personas en la mejora continua, en el aprendizaje conjunto, en la búsqueda de soluciones a problemas y para tomar decisiones con la mínima probabilidad de equivocarnos. Y así, tener una ganancia grupal, lo que debe suponer también una ganancia en lo individual.

¿Cómo gestionarlo?

Las cosas no nacen por sí solas si no nos esforzamos. Una cosa es un grupo de amigos que se plantea un reto o un objetivo. Puede ser más fácil. Pero en una empresa debe haber un procedimiento basado en compartir un reto y un objetivo, y respetar unas normas. Además de saber cuál va a ser mi aportación en función de mi capacidad, y qué esperan los demás de mí.

talento compartido

Ahí aparecen entonces cinco elementos importantes:

  1. La motivación
  2. El liderazgo
  3. Las habilidades personales y sociales
  4. La cultura corporativa
  5. El método de trabajo

La motivación es igualmente algo que tiene su dualidad personal y colectiva. La motivación inspira el beneficio, el reto, la satisfacción y la participación, y todas aquellas cuestiones que cada uno llevamos dentro y que suponen nuestro chute particular. Y también es algo contagioso en lo colectivo.

El liderazgo es quien dirige, coordina y mantiene la actitud y la tensión del trabajo. Es quien debe sacar lo mejor de cada y traducirlo en un beneficio conjunto y en una meta retadora.

Las habilidades personales juegan su papel al poner en cada persona el valor de la actitud positiva, la creatividad, la proactividad, la responsabilidad, el pensamiento analítico el conocimiento específico y la experiencia propia, fundamentalmente.

Las habilidades sociales, por su parte, juegan el papel integrador a través de la escucha, la empatía, la asertividad, el trabajo en equipo, la gestión de los conflictos, entre otras muchas.

En cuanto a la cultura corporativa, esta es quien determina a través de valores, creencias, normas y comportamientos, si de verdad es posible una gestión del talento colectivo en el ambiente y las condiciones adecuadas. Es cierto que la gestión del talento colectivo puede no ser real a nivel corporativo, pero sí puede traducirse en algunos departamentos, equipos o casos concretos, y a partir de ahí generar una labor de transformación, poco a poco, a través del cambio, hacia algo entendido como positivo y necesario, habitual y promovido.

Por último, el método de trabajo. Es necesario crear un escenario apropiado, dotarle de normas y herramientas para que la intención no quede en un mero lavado de cara en la empresa, una falsa motivación a un equipo, o un intento fallido más entre avances y retrocesos sin rumbo.

Talento colectivo

Herramientas de gestión del talento colectivo.

Hay numerosas metodologías participativas, desde una reunión bien gestionada, la aplicación de herramientas compartidas, de propuestas de ideas como el brainstorming, de revisión de procesos como el Diagrama de Isikawa, el Scrum y otras metodologías ágiles, o los recursos digitales como Slack, Trello, Asana o las wikis, etc. Todas ellas tienen la posibilidad de canalizar el talento individual, hacia la inteligencia colectiva.

Para que resulten efectivas, además de los elementos anteriormente mencionados, aparecen tres cuestiones importantísimas:

  1. Aprender, pues la voluntad de mejora a través del aprendizaje nos predispone de forma individual primero y colectivamente después, a lo compartido.
  2. Enseñar, ya que compartir conocimientos nos hace a todos mejores.
  3. Gestionar el cambio, pues implantar nuevos métodos conllevan un coste y una resistencia de forma natural que hay que saber gestionar para que nadie se quede atrás y no se produzca una sensación previa de inutilidad del método o de sus resultados.
Trabajo en equipo

¿Qué perfiles nos podemos encontrar?

Dentro de esta resistencia natural es posible encontrar diferentes perfiles según su actitud y su tipo de adaptación al proceso. No creas que todo saldrá bien a la primera, pues en este proceso a buen seguro se van a producir altibajos.

Cada uno actuará según su visión de las cosas, su experiencia profesional, su humildad o su soberbia.

  • Los líderes, no necesariamente los jefes, que serán quienes animen, impulsen y superen los problemas, ayuden a los rezagados y minimicen la fuerza de los resistentes al cambio (los que no saben, no quiere, no quieren aprender).
  • Los estrellas, que enseñan y aprenden, que empujan y animan.
  • Los docentes, que nos enseñarán lo que saben, sin miedo a compartir.
  • Los aprendices, tienen poco que aportar pero muchas ganas de aprender y ser útiles.
  • Los parásitos, que se aprovecharán de los demás, del conocimiento compartido y de los éxitos del proceso para beneficio propio.

Actitud positiva o negatividad.

Nuestra actitud vendrá marcada por nuestros valores personales y sociales, y por nuestro propósito personal. Así que esa es la primera parte de la ecuación: yo, mi circunstancia y mi meta.

Y después, como decía al principio, hemos de evaluar el beneficio personal y colectivo de compartir, ya que según las personas que nos rodean y el entorno de apoyo (cultura corporativa, liderazgo) estaremos por la labor y motivados, o en la negatividad.

El resultado no será lo que nosotros queramos, aunque lo intentemos, sino lo que todos, o una mayoría de los que están en ese colectivo, tengan claro que quieren conseguir. Después de un resultado negativo puede llegar el final, o un resultado positivo. Depende de todos.

Talento marca personal Pablo Adán Micó

Sea como sea, el talento compartido, bien gestionado, da como resultado la inteligencia colectiva. Y como tal, es un motor de cambio y mejora indestructible.

Autor: Pablo Adán Micó

Sobre Pablo Adán: Autor de libros como Necesitamos Héroes, El Reto (estrategia personal para tiempos de incertidumbre), entre otros grandes libros… Te recomendamos visitar el Blog de Pablo Adán.

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